Es un gran honor y un privilegio para mi dirigirme a esta reunión conjunta de profesores y estudiantes de tres grandes universidades que representan tres siglos de historia educativa en Chile.

La fundación de la Universidad de Chile se remonta, si no estoy equivocado, a 1738, y la de la Universidad Católica a 1888. La Universidad Técnica, hija de este siglo, fue creada en 1947. Para quien, como yo, se ha dedicado al estudio del derecho internacional, la Universidad de Chile evoca la memoria de Andrés Bello y es un lugar apropiado para rendir tributo a la contribución que el aporto para dotar al derecho de las naciones de un mas amplio contenido humano. Es para mi sumamente grata la ocasión de tomar contacto al mismo tiempo con las tres universidades. El autentico quehacer universitario no conoce las diferencias de ideología y disciplina que parcelan el mundo. A lo largo de los tres siglos que representáis entre vosotros, el mundo ha avanzado mucho. En todas las esferas, las fronteras del conocimiento humano se han ampliado cada vez con mayor rapidez. Las instituciones educativas, viejas y nuevas, han tenido que adaptarse a los grandes avances de la ciencia y a los modos cambiantes del pensamiento para mantenerse al día con el mundo en evolución. Los mejores científicos y los mejores profesores no proceden hoy necesaria o exclusivamente de los países avanzados del mundo. Si esto hubiera sido así, no hubiéramos sido testigos del fenómeno ahora denominado 'éxodo de cerebros', que lleva consigo la partida de preciosos talentos de los países en desarrollo hacia tierras que presentan mayores oportunidades. Este fenómeno es sintomático de los males que afligen a nuestro mundo de hoy y comprometen el futuro de las generaciones nuevas y venideras. No obstante, no he venido aquí a deprimiros con una disertación sobre los males que afligen al mundo. No soy de los que estiman que los problemas mundiales, por graves o incluso críticos que sean, carecen de solución. Durante los últimos cincuenta años y mas, la O.I.T. ha polarizado y reunido los esfuerzos combinados de los gobiernos y de las organizaciones de empleadores y de trabajadores de todo el mundo para ir forjando soluciones pacientes a algunos de los problemas mas rebeldes de nuestra vida cotidiana. Una de las cuestiones mas importantes con que nos enfrentamos en este momento es la del empleo, la de procurar que no se escatime esfuerzo alguno, que no se deje piedra sin remover, para tratar de crear suficientes empleos para la población mundial que crece de manera explosiva. Con el apoyo de las Naciones Unidas y los otros organismos de la familia de las Naciones Unidas, hemos lanzado el Programa Mundial del Empleo, proporcionandole toda la orientación, todo el contenido social y todo el ímpetu que nuestra estructura tripartita hace posible. El elemento componente latinoamericano de este Programa Mundial consiste de un equipo regional del empleo que tiene su sede aquí en Chile y trabaja bajo la dirección de uno de vuestros distinguidos economistas, Andrés Bianchi. Se han desplazado a cierto numero de países amplias misiones sobre estrategia global del empleo para asesorar sobre los métodos y medios de crear nuevos empleos. Cada una de estas misiones ha esclarecido mas la naturaleza y dimensión de los problemas específicos del país interesado; cada una de ellas ha trazado las directrices amplias de una estrategia, formulada a medida de las necesidades y condiciones nacionales, para superar los problemas específicos en el país interesado; cada una de ellas ha concluido que el problema es de la mayor gravedad y urgencia pero no insoluble si se cuenta con la capacidad política y el valor político para hacerle frente. Los problemas de esta índole deben estar, debería estar, muy cerca del núcleo funcional y las preocupaciones de las universidades y otras instituciones educativas de todo el mundo. Sobre vuestras espaldas recae una pesada responsabilidad. Esta responsabilidad no se limita exclusivamente a la preparación de graduados cuyo numero y especializaciones quizás de aquí a algunos años puedan exceder o, por el contrario, no cubrir las necesidades. Tampoco se limita a proporcionar a las nuevas generaciones la enseñanza mas refinada posible. Os corresponde el cometido vital de proporcionar las oportunidades para el estudio objetivo de las causas y remedios de los males sociales del mundo, y el de propiciar la actitud anímica adecuada para su investigación desapasionada. Sin el estudio y el diagnostico metódicos, cuidadosos y desapasionados, inspirados y guiados por la valentía en el amor a la verdad, no podemos esperar soluciones para los problemas de los próximos decenios. La Organización Internacional del Trabajo confía en que las instituciones doctas como las vuestras fomenten el estudio objetivo, científico, desapasionado y paciente de los problemas sociales sin el cual no puede haber paz en este mundo. Las ciencias sociales ya no son disciplinas aisladas y esotéricas. Los ingenieros, los economistas, los estudiantes, los agrónomos, los doctores en medicina se percatan ahora en una medida sin precedentes de la importancia del factor social. No hay parcela del quehacer humano que no tenga un significado social y no ejerza una repercusión social. Al descuidar cualquiera de ellas lo haríamos a nuestras propias expensas. Para actuar como puente entre vosotros y nosotros, la O.I.T. Creo hace unos diez años un instituto educativo propio, el Instituto Internacional de Estudios Laborales. Habrá sin duda entre los presentes quienes hayan oído hablar de el. Algunos quizá hayan leído sus publicaciones y se hayan enterado de sus actividades de investigación o de sus cursos de estudio. Cada puente implica normalmente un movimiento en dos sentidos. El Instituto Internacional de Estudios Laborales tiene una doble función. La primera es canalizar, comparar, analizar, destilar y poner a disposición de los elementos constitutivos de la estructura tripartita de la O.I.T. la esencia de la doctrina muy considerable, creativa y original que, acerca de los cruciales problemas sociales de nuestro tiempo, se desarrolla en los centros nacionales de enseñanza. La segunda es poner a disposición de estas instituciones nacionales de enseñanza a investigación la esencia y los resultados de nuestro enfoque tripartito único de las cuestiones sociales y laborales. Aparte de esta función. catalizadora de capital importancia, el Instituto Internacional de Estudios Laborales tiene que cumplir su propio recargado programa de tareas. En el plano pedagógica, su mandato es concebir y realizar programas de alto nivel para la formación de los dirigentes destinado a jóvenes que ya ocupan puestos de cierta responsabilidad en la esfera social. Sus cursos de estudios internacionales, que se celebran en Ginebra y habitualmente duran dos meses, reúnen a participantes no solo de los sectores gubernamentales, de los empleadores y de los trabajadores, sino, por los motivos que acabo de mencionar, de los universitarios.

Ademas, el Instituto concede una, dos o mas becas de estudio por año a jóvenes profesores universitarios de los países en desarrollo que deseen ampliar sus horizontes y sus conocimientos de las ciencias sociales sometiendose a un periodo en el que puedan enseñar y aprender en una institución docente internacional. 'Enseñe mientras aprende' seria probablemente una buena divisa de estas becas de enseñanza. El Instituto pone también sus servicios a disposición de un pequeño numero de profesores o investigadores visitantes que deseen pasar, a sus propias expensas, su año de licencia sabática en una institución educativa internacional estratégicamente situada al lado de la O.I.T., que cuenta con muy amplios recursos de experiencia y documentación sobre cuestiones laborales y sociales. Los servicios educativos que el Instituto puede poner a disposición de los países en desarrollo están, como es lógico, limitados por los fondos disponibles, el personal disponible, el tiempo y el espacio disponibles. No obstante, durante el decenio pasado, mas de 1.000 participantes de los países en desarrollo han asistido a los cursos de estudio del Instituto, y muchos de ellos ocupan puestos de gran responsabilidad en sus propios países Me complace decir que por lo menos 50 o 60 de ellos han puesto en practica la experiencia adquirida en el Instituto, de una manera que beneficia directamente a la O.I.T., volviendo a Ginebra cada año como delegados a las conferencias de la Organización y que tres de ellos han llegado después a ser miembros del Consejo de Administración de la O.I.T. El Instituto tiene también un programa de investigación bastante amplio, que es complementario de los numerosos estudios a investigaciones orientadas a la acción que la misma O.I.T. realiza.

La actividad investigadora del Instituto tiene tres características generales: es comparativa, estimulante y prospectiva. Es comparativa no solo por los méritos evidentes del enfoque comparativo, sino también porque, debido a su situación internacional ventajosa al lado de la O.I.T., ocupa una posición afortunada única para hacerlo así. Es estimulante por la buena y sencilla razón de que no tiene y no podría tener nunca los recursos para emprender por si misma toda la investigación necesaria merecedora de emprenderse, debiendo, por tanto, procurar estimular a otros organismos nacionales, regionales e internacionales para que la efectúen por si mismos. Es prospectiva debido a que en el mundo de hoy, rápidamente cambiante, es ya indispensable ver adonde vamos y prepararnos para el futuro que nos espera. El Instituto ha realizado ciertos estudios prospectivos en la esfera de las relaciones profesionales y en la esfera de la política social en general. Los resultados hasta ahora obtenidos han sido publicados en el Boletín del Instituto. Un buen ejemplo del enfoque comparativo y estimulante adoptado por el Instituto es el proyecto de investigación sobre la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas, tema que es ahora de suma actualidad en los mas diversos sistemas económicos y sociales, ya estén basadas sus economías principalmente en la empresa privada o en empresas nacionalizadas. Este proyecto es también ejemplo de otra función. del Instituto, consistente en contribuir al examen y discusión de las nuevas cuestiones que plantea la política a seguir. El Instituto trata de realizar esta función. aclarando los conceptos y presentando a los encargados de adoptar decisiones los resultados de estudios a investigaciones objetivos.

La idea de que los trabajadores, participando en la gestión de la empresa, pueden obtener cierto control sobre su propia situación de trabajo, fue ya mantenida por los filósofos del siglo XIX. En nuestros días, con formas diversas y en grados diferentes, es una realidad en numerosos países del mundo. El grado de esa participación y la forma que debe adoptar, así. como los tipos de decisiones en que los trabajadores deben participar, son todas ellas cuestiones fundamentales para la aparición de nuevas formas de organización del trabajo en las condiciones impuestas por las tensiones del siglo XX. Ligada a la búsqueda eterna de una mayor justicia social y de una sociedad en que las capacidades humanas puedan desarrollarse al máximo posible, esta la búsqueda de una forma de empresa industrial que combine la eficacia y la productividad con la dignidad y la satisfacción de los seres humanos que en ella trabajan. Ahora que entramos en el ultimo cuarto del siglo XX, este problema ha llegado a constituir una preocupación fundamental en muchos países del mundo, ya estén industrializados o en las primeras etapas de desarrollo y cualquiera que sea su estructura y su filosofía política Este interés permanente en la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas indica que esta atañe a un problema fundamental de la organización industrial y, social, que en muchos países ha sido objeto de legislación y en otros de acuerdos voluntarios. Por otra parte, la Conferencia Internacional del Trabajo ha adoptado ya cierto numero de recomendaciones formales sobre la consulta y la cooperación entre los empleadores y los trabajadores en el seno de la empresa, sobre las comunicaciones internas eficaces y el examen efectivo de las quejas de los trabajadores, y, mas recientemente, un Convenio y una Recomendación relativos a la protección y facilidades que deben otorgarse a los representantes de los trabajadores en la empresa. La variedad en los conceptos y en la practica refleja la gran divergencia de opiniones, que va mas allá de las fronteras nacionales y políticas, y suscita la divergencia en las propias filas de los empleadores y trabajadores. Así. pues, en la esfera de la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas, las ideas, instituciones y opiniones son numerosas y variadas. Los datos, sin embargo, son desafortunadamente muy escasos. Es muy escasa la información fehaciente disponible sobre lo que realmente ocurre en el funcionamiento practico de las instituciones que tienen por objeto que los trabajadores ejerzan cierta influencia sobre las decisiones que se toman en la empresa. Aun son mas escasos los datos existentes acerca de las repercusiones de estas instituciones en la economía de la producción, en las actitudes del personal directivo y los trabajadores y en las relaciones entre ellos, o en la calidad de la vida de la sociedad en general. Sin esta información acerca de las funciones reales de la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas, prospera el pensamiento dogmático y la practica esta guiada por la doctrina. La participación de los trabajadores se introduce en un determinado país y en un tiempo determinado porque esta idea resulta atractiva para varios grupos a intereses, para los cuales aparece como capaz de servir objetivos ideológicos así. como prácticos. Las distintas doctrinas de la participación de los trabajadores pueden surgir de imperativos ideológicos o de la visión de una sociedad industrial 'mejor', pero la practica de esta participación debe también hacer frente con eficacia a problemas humanos de muy difícil solución en materia de la organización del trabajo. El proyecto de investigación comparativa internacional puesto en marcha por el Instituto Internacional de Estudios Laborales fue iniciado para comprobar lo que puede aprenderse de las experiencias realizadas hasta la fecha en diversos países Se ha considerado que un estudio comparativo del funcionamiento efectivo de la participación de los trabajadores en la gestión en diversos países, y que utilizara en la encuesta un marco común, contribuiría a identificar los problemas y los factores estratégicos que deben ser tenidos en cuenta para formular la política a seguir en esta esfera. El proyecto de investigación del Instituto involucra cuatro fases. La primera fase consistió en el análisis de las cuestiones planteadas y la elaboración de los conceptos. La segunda abarco la promoción de estudios realizados por especialistas e institutos de investigación de diversos países, dentro de un marco común La tercera fase, que todavía continua, entraña la preparación de un informe comparativo en base a los estudios por países, de los cuales hay diez ya disponibles. La cuarta será una fase de discusión de las perspectivas de la política, a la luz de los resultados del proyecto. Si puede sacarse una enseñanza clara de los estudios y experiencias realizados hasta la fecha, esta enseñanza es la necesidad de distinguir claramente entre varios conceptos y formas de participación y evitar la confusión que inevitablemente se produce en ausencia de una terminología claramente despejada. El proyecto de que se trata no se ocupo de la participación de los trabajadores en la propiedad de la empresa, en que trabajen, ni de la participación de los trabajadores en los resultados de la empresa a través de la participación en los beneficios o algún otro sistema. La participación en la propiedad y en los resultados no puede producirse sin una verdadera participación en la gestión corriente de la empresa ni en la formulación de la política empresarial. La polémica acerca de la participación de los trabajadores en la gestión de la empresa y la variedad de instituciones introducidas en diferentes países para dar efecto a esta idea, se deriva no solo de los diferentes significados que se dan a este termino, sino también de las numerosas perspectivas en las cuales la participación puede ser considerada por los trabajadores y sus organizaciones, por los empleadores y sus organizaciones, por los gerentes, los gobiernos y la comunidad en general. El debate entre estas diferentes partes de la comunidad se complica a menudo por el hecho de que todas ellas se refieren a diferentes formas de participación y persiguen objetivos diferentes y resultados posibles diversos. Existe una distinción especialmente importante según que el énfasis se ponga sobre los objetivos ideológicos o sobre los efectos prácticos. El enfoque ideológico se preocupa de los aspectos positivos y negativos de la participación de los trabajadores en si misma, mientras que cuando se pone el énfasis sobre sus efectos prácticos., se considera la participación como un medio para lograr diversos fines, tales como la mejora de las relaciones profesionales, una mayor cooperación entre la empresa y los trabajadores y la economía de la producción El perfeccionamiento de las relaciones entre empleadores y trabajadores podrá ser rechazado por motivaciones ideológicas como una herejía, pero aquellos que se preocupen principalmente por conseguir que la actividad económica suministre en la practica una aportación mas eficaz al bienestar de la comunidad, no pueden ignorar su importancia. La política social gira en torno a tres conceptos centrales: la producción, la distribución y la participación La producción involucra una dirección empresaria capaz; la producción en beneficio de la comunidad involucra una dirección empresaria capaz imbuida de conciencia social. El mundo en desarrollo no podrá alcanzar la independencia a la cual tan legítimamente aspira, a menos que consiga desarrollar una dirección empresaria mucho mas capaz imbuida de una aguda conciencia social. Cuando se examina la participación en términos prácticos. mas bien que ideológicos, uno de sus principales objetivos consiste en promover el desarrollo simultáneo -como copartícipes esencialmente complementarios entre si- de una dirección capaz imbuida de conciencia social y de trabajadores plenamente calificados para asumir un papel mas amplio en la determinación de su propio destino. El problema que plantea el desarrollo de una dirección empresaria mas capaz imbuida de conciencia social no puede solucionarse adoptando la premisa de que ese problema no existe. Es uno de aquellos problemas prácticos. centrales de cuya solución habrá de depender el triunfo o el fracaso de las políticas sociales de carácter a la vez renovador y realista. No se trata de un interés empresario opuesto a un interés laboral; es un interés de la comunidad. Uno de los problemas centrales que plantea la participación consiste en hacer de ella una aportación efectiva a los métodos altamente evolucionados de dirección a falta de los cuales la actividad económica no puede lograr ni mantener los niveles de producción y eficiencia requeridos para un progreso social dinámico. Es por esta razón fundamental que la filosofía de la participación debe abarcar tanto a la dirección como al trabajador. El análisis de los diferentes ángulos desde los cuales puede considerarse la idea y la practica de la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas, permite comprobar que a los defensores de la participación les preocupan tres problemas básicos de organización del trabajo. Estos problemas son, el primero, la división del poder entre empleadores y gerentes, por una parte, y los trabajadores y sus organizaciones, por otra; el segundo, una mayor cooperación entre la dirección de la empresa y los trabajadores, con una reducción del numero de conflictos y relaciones mas armónicas; y tercero, la participación personal de los trabajadores en su trabajo y en las empresas en que estén empleados.

En todos estos casos, una solución del problema puede ser considerada deseable por si misma o como medio para lograr otro fin, por ejemplo, la paz social, la satisfacción personal o la eficacia mediante la utilización racional de los recursos humanos. Los sistemas de participación de los trabajadores que existen en distintos países tienden a concentrarse sobre uno u otro de estos problemas. El análisis de la aplicación practica de estos distintos sistemas, según informa el Instituto, permite comprobar que un sistema que se concentre sobre uno de estos problemas quizá no contribuya de manera significativa a la solución de los demás. Por ejemplo, la participación de los trabajadores, a través de sus representantes, en los consejos de administración de las empresas, parece tener muy escaso efecto sobre la vida diaria del trabajo en la fabrica. De otra parte, los comités de empresa que se limitan a un papel relativamente menor en relación con las decisiones mas importantes que adopta la dirección y que afectan a los trabajadores, no llegan a satisfacer las aspiraciones de los trabajadores de participar en estas decisiones. Así., pues, ni la participación de los representantes de los trabajadores en los consejos de administración, ni los comités de empresas, hacen mucho en la practica para dar al trabajador cierto control sobre la organización de su trabajo y sus tareas diarias y una cierta participación personal en este control. El problema de la partición del poder en la empresa refleja profundas cuestiones de relaciones de trabajo, de una parte y, de otra, la política social en general. En los países industrializados del mundo, se ha producido en estos últimos cien años una extensión gradual de la negociación colectiva a un numero cada vez mayor de sectores de la economía y a aspectos cada vez mas numerosos de la gestión En los últimos diez años, se ha producido una tendencia muy clara hacia la negociación colectiva a nivel del establecimiento en los países en los que previamente esta negociación se había restringido al nivel de la rama de actividad. Los trabajadores y sus organizaciones han tratado de obtener, y probablemente continuaran tratando de obtener, los medios de influir sobre todas las decisiones de dirección que, a su juicio, afectan a sus intereses. Como siempre en el pasado, las fronteras de la negociación colectiva son controvertidas y, unido esto a los problemas de inflación, plantean problemas muy difíciles de ajuste de los sistemas de relaciones profesionales para reconciliar las necesidades y aspiraciones de los trabajadores con las exigencias de la eficacia industrial y de la estabilidad económica Una parte esencial de este debate es la cuestión de si los trabajadores deben estar representados no solo a través de sus sindicatos sino también, en los mas elevados niveles de gestión de las empresas, a través de los comités de empresa y de la representación de los trabajadores en los consejos de administración Esta es, sin embargo, una cuestión no solo de relaciones profesionales sino también de las responsabilidades sociales de la industria. Ademas de los empleadores y los trabajadores, otros sectores de la comunidad están interesados en el funcionamiento eficaz de las grandes empresas. Los consumidores, las comunidades locales, a incluso el país en general, pueden beneficiarse o sufrir considerablemente de la eficacia, la política y el éxito o fracaso de las grandes empresas. La cuestión de la contaminación del medio ambiente añade una nueva dimensión a esta cuestión En este contexto, el problema de los representantes trabajadores en los consejos de administración de las empresas constituye un aspecto de la cuestión general de la legislación sobre las empresas y de la reglamentación de la industria y el comercio en interés de la comunidad. En este sentido, no se trata ya de una cuestión entre la empresa privada y la publica, en cuanto tales, sino mas bien del modo en que el interés general de la comunidad se exprese efectivamente en un control sobre la organización interna de la empresa, ya sea de propiedad publica o privada. Otro resultado importante de la investigación sobre el funcionamiento practico de los sistemas de participación de los trabajadores en la gestión consiste en que por lo general alcanzan a satisfacer plenamente las esperanzas y los anhelos que en ella se había depositado. En esta materia, como en otras, las esperanzas humanas tienden a sobrepasar las realidades, y la experiencia revela un hueco considerable entre el ideal y lo que sucede en la practica. Así., la investigación efectuada en ciertos países de estructuras políticas y económicas diferentes enseña que, si bien el sistema de participación de los trabajadores cuenta con la simpatía de la inmensa mayoría de los trabajadores, estos carecen por lo general de la debida información acerca de su funcionamiento y solo una minoría de ellos, que puede evaluarse entre un tercio y dos quintos, se muestra interesada en participar personalmente en los sistemas representativos de participación Contrastando con esta actitud, es muy elevada la proporción de trabajadores que se interesa en la posibilidad de influir en la organización de su trabajo cotidiano y en las condiciones en que lo desempeñan. Es difícil establecer científicamente el impacto que el sistema de participación de los trabajadores en la gestión puede tener sobre la eficacia, sobre las relaciones profesionales y otras cuestiones análogas. Hay ciertas peculiaridades de la empresa, como son su tamaño, la tecnologia, la organización, etcetera, que, al parecer, influyen grandemente en los efectos prácticos. de la participación Las actitudes y disposiciones del personal de dirección y de los trabajadores son factores que influyen también en dicha participación Los resultados de la investigación organizada por el Instituto indican que, al desarrollar un sistema de participación de los trabajadores en la gestión, es esencial tener en cuenta dichos factores y formular objetivos que sean realistas. De no ser así, se corre el peligro de que la experiencia alcance resultados tan inferiores a los previstos y esperados, que se caiga en el desaliento y la desilusión y de que los esfuerzos por resolver los problemas persistentes sufran un retroceso en lugar de avanzar. Uno de los rasgos mas notables de los resultados de la investigación comunicados por el Instituto es la medida notable en que se han experimentado problemas y dificultades similares en países de carácter profundamente diferente y de regímenes políticos totalmente opuestos. En todas partes se tropieza con dificultades para informar plenamente a los trabajadores de la base sobre lo que ocurre en los comités de empresa y en los consejos de administración de las empresas en que cuentan con representantes. La experiencia revela por doquier que la actitud del personal de direccion interesado constituye un factor crucial del funcionamiento de todo sistema de participación de los trabajadores en la gestión. Es también general el problema de proporcionar a los representantes de los trabajadores la formación adecuada que les permita comprender la complejidad de las decisiones en las que se supone deben participar. Quisiera detenerme sobre la importancia que reviste la formación para el funcionamiento eficaz de los sistemas de participación de los trabajadores en la gestión. Se ha sostenido a veces que los trabajadores no pueden contribuir útilmente en las decisiones empresarias porque no cuentan con los conocimientos específicos necesarios y no poseen tampoco la debida experiencia de los problemas. Es evidente que debiera proporcionarseles la formación apropiada si la participación a que se alude ha de ser efectiva. Es primordial que todo país que proyecte desarrollar la participación de los trabajadores en la gestión. consagre a dicha formación los recursos adecuados. No se reconoce de manera tan general que el personal de dirección debe también seguir unos cursos de formación antes de que pueda esperarse del mismo una actuación eficaz dentro del sistema de participación de los trabajadores. Es cierto que el personal de dirección posee tal vez los conocimientos y experiencia técnica que se requieren, pero es inútil aguardar del mismo que modifique de un día a otro las actitudes tradicionales de la gestión. para substituirlas por las actitudes que exige la participación Se ha comprobado que el desarrollo de unas actitudes de dirección compatibles con la participación de los trabajadores en la gestión. requiere tiempo y esfuerzos tanto en países avanzados como en países en desarrollo y en países con las mas variadas estructuras económicas y sociales. El problema no es menos agudo en las economías socializadas que en las economías de Mercado. El tiempo necesario para el desarrollo de nuevos hábitos es también un factor importante en el desarrollo de la participación de los trabajadores. Escaso es el interés que manifestaran, en el Marco de una encuesta, los trabajadores a los que nunca se ha dado la menor posibilidad de participar en la gestión. Si se les da la oportunidad de participar, y muy especialmente en la planificación y organización de su propio trabajo y de las condiciones en que lo efectúan, muchos responden en una medida tal que sorprende a numerosos directores y técnicos superiores, a incluso hasta algunos dirigentes del movimiento sindical. Las experiencias llevadas a Cabo en los países escandinavos, Italia, Gran Bretaña y otros países confirman el enorme potencial no utilizado que llevan latente muchos trabajadores, quienes responden a la posibilidad de utilizar sus aptitudes y manifiestan su interés en una tarea útil. Tales experiencias en la reorganización de métodos y sistemas de trabajo que permita al trabajador mayor libertad para controlar su propia situación laboral merecen atención por parte de todos aquellos a quienes interese el tercero de los problemas antes aludidos, relacionados con la participación, o sea, lo referente al interés personal del trabajador en su propio trabajo. Resultados como estos, comunes a países tan diversos, dan testimonio del valor de un estudio imparcial efectuado de modo que ofrezca la posibilidad de deducir consecuencias aleccionadoras de la experiencia de otros países adaptada a las circunstancias del propio país Al definir las materias, al distinguir entre varios enfoques y al evaluar objetivamente los efectos y funcionamiento practico de diversos sistemas, el proyecto de investigación del Instituto ayuda a sentar bases solidas para estudiar estas difíciles cuestiones de enfoque político. He dicho antes que la cuarta fase del proyecto del Instituto involucra el estimulo, la contribución para la discusión de las perspectivas políticas que resultan del proyecto. En resumen, el Instituto trata de asegurar que quienes asuman la responsabilidad de formular políticas acerca de la participación de los trabajadores en la gestion ya pertenezcan a organizaciones de trabajadores, de empleadores o a organismos gubernamentales- deberían aprovechar los resultados del proyecto del Instituto en las decisiones que hubieran de adoptar en materia de política. Por otra parte, el Instituto esta preparando diversos tipos de publicaciones que puedan utilizarse por diversos sectores en el estudio de las cuestiones consideradas. Por otra parte, los resultados del proyecto se canalizan hacia el programa educativo del Instituto en Ginebra y sus actividades regionales. Se están preparando cursos con objetivos especiales tomando como base los resultados del proyecto del Instituto, de manera que puedan adaptarse para su aplicación en actividades educativas de varios organismos. El Instituto tiene la intención de realizar cursos en América latina tras regiones donde se manifiesta un vivo interés por estos problemas, fomentando así el estudio de estas cuestiones en base a la investigación objetiva y en el dialogo racional. El Instituto se preocupa en estas actividades educativas, al igual que en su programa cultural, de ayudar a los participantes a que lleguen a sus propias conclusiones, a la luz del análisis imparcial de la experiencia de otros países, y a la adaptación de tal experiencia a la situación de sus propios países cuando ello sea procedente. El tema de la participación de los trabajadores en la gestión empresarial no es mas que uno de los aspectos de la honda y critica necesidad de asegurar la participación mas completa de todos los sectores de la sociedad en los esfuerzos nacionales orientados hacia el desarrollo económico y social. Esta es solo una de las facetas del problema que en América Latina se llama tan elocuente y significativamente 'marginalidad'. muy bien hubiera podido escoger, a fin de ilustrar lo que el Instituto Internacional de Estudios Laborales puede contribuir a la obra de la Organización Internacional del Trabajo, el gran problema de la equidad social: la protección y promoción de los intereses de los mas necesitados en aquellas sociedades en que el crecimiento económico ha dejado de afectar la vida de una proporción tan sumamente elevada de la población. Fue fundada la OIT para promover la dignidad humana, conseguir una mayor libertad de la persona, combatir la miseria, expandir el empleo, difundir la capacidad técnica, conseguir mas satisfacción en el empleo, aligerar el trabajo, reducir los riesgos profesionales, reforzar la seguridad social e integrar a los copartícipes sociales en una asociación mas amplia con los intereses generales, para bien de la comunidad. Son estas tareas inmensas. Requieren un esfuerzo mucho mas vigoroso que el que hasta ahora se les ha dedicado. A la comunidad intelectual le incumbe una responsabilidad de gran envergadura en estas cuestiones. No basta con dejarlas al cuidado de aquellos de nosotros que tenemos la responsabilidad cotidiana de la acción inmediata. Es por ello que la Organización Internacional del Trabajo ha creado el Instituto Internacional de Estudios Laborales a fin de añadir a su estructura una nueva dimensión de contacto efectivo y continuo con la comunidad intelectual. Es por ello que he escogido como tema de mi charla de hoy el problema de la aportación de las universidades a la política. social de la OIT. No entra en mis propósitos invitaros a terciar en las controversias entre intereses encontrados, que inevitablemente y no sin razón forman campos separados en la OIT. Si vosotros lo hicierais estaríais traicionando a la oportunidad singular que se os presenta para hacer una aportación singular a la solución de esas controversias. El mundo del estudio se traiciona a si mismo si se embandera en la contienda: su esencia es la objetividad; su función es preservar la objetividad en un mundo en que el concepto integro de la objetividad es objeto de creciente desafío. En esta ocasión poco usual-en la que tres universidades se han reunido para oír al Director General de una Organización internacional que representa a los gobiernos, los empleadores y los trabajadores, pronunciar una exhortación a favor de una mayor contribución del estudio objetivo para la solución de nuestros problemas prácticos inmediatos-seame permitido expresar la esperanza de que esta reunión sea el símbolo de una determinación amplia para preservar la libertad del pensamiento y la objetividad de la investigación científica frente a las pasiones corrosivas que representan el mayor desafío. al espíritu universitario, ahora como antes, desde que las universidades tal como las conocemos fueron primeramente establecidas hace unos siete siglos en Bolonia y París, Salamanca y Coimbra, Oxford y Cambridge.