Juan Gandulfo

 

El primer cartel de Juan

(Cartel publicado en el N.o 14 de “Claridad”)

¡Siembra, Juventud! La tierra es propicia, el momento es único. Que el bruñido arado se desgaje en astillas al tatuar la corteza árida y dura que oculta la tierra fecunda. Que vuestras vértebras se gasten por el esfuerzo titánico del torso doblado tras la herramienta creadora. Que vuestro pecho se combe pleno de aire, así como el velamen de la nave en lucha con la tempestad. Que vuestros músculos crujan y la piel estalle bajo la tensión de los tendones y noble sudor del trabajo bañe tu cuerpo fuerte y refresque tus labios resecos como una salobre brisa marina. No temas ni a las zarzas ni a la noche. La verdad es llama: quema e ilumina, las zarzas chisporrotearán y tenderán al viento sus enmarañadas cabelleras al sentir tu voz profética, y las víboras serán carbonizadas en su seno. ¡Y tu verba te envolverá en un halo blanco y luminoso, y las muchedumbres vislumbrarán el único camino: el de la rebelión! ¡Siembra, Juventud! La tierra es propicia, el momento el único. Sepulta la diestra desollada por el esfuerzo en la talega de trigo y que la semilla morena se tiña de púrpura al contacto de vuestras manos sangrientas y que al lanzarlas brillen al sol, cual rubíes inundando de claridad el surco negro que, como una estela anunciadora, vas dejando tras de tu planta redentora. ¡Siembra, Juventud! La tierra es propicia, el momento es único. Y si tu corazón estalla en la jornada noble, tu sacrificio será fecundo. No se levantará una desnuda cruz, ni una lápida estéril cubrirá tu cadáver; pero tu cuerpo de titán al sepultarse en la gran llanura, formará una montaña inmensa. Y sobre ella se erguirá el pueblo, y su cuerpo negro y deformado por la explotación, brillará como una tea anunciadora al bañarse en la luz virgen del sol de la Humanidad Futura. ¡Siembra, Juventud!

IVAN.